Haydeé Gaxiola
Un profundo análisis sobre las problemáticas asociadas a la estrategia gubernamental del uso del cubrebocas durante la pandemia por COVID-19, es lo que Francisca Cecilia Encinas Orozco, docente del programa de Licenciatura en Ciencias de la Comunicación, de la Universidad de Sonora, campus Nogales, presentó en la sexta edición del Congreso Ciencias, Tecnologías y Culturas, de la Universidad de Santiago de Chile.
Este evento es organizado por el Instituto de Estudios Avanzados, y este año llevó por título “La Comunicación Pública en Ciencia y Salud: abordajes en torno a la toma de decisiones, el riesgo y el bienestar social”, realizado del 24 al 27 de julio, donde se tuvieron enriquecedoras mesas redondas, diversas conferencias, simposios, sesiones, así como visitas técnicas.
En esta ocasión, la académica tuvo la oportunidad de exponer en el bloque de estrategias y campañas de comunicación, los resultados de su investigación que lleva por nombre “Cubrebocas en México: análisis de las problemáticas asociadas a la estrategia gubernamental de su uso para mitigar el contagio por COVID-19”.
ANÁLISIS DE LA ESTRATEGIA
Encinas Orozco explicó que, desde los primeros casos reportados, el gobierno mexicano, a través de la Secretaría de Salud, adoptó diversas medidas para controlar la propagación del virus. Entre éstas, el uso de cubrebocas se estableció como una barrera física para reducir la transmisión.
La pandemia provocó malas prácticas de compra, uso y eliminación de cubrebocas, lo que redujo su efectividad, generó un nuevo punto de infección y detonó un fuerte problema de contaminación ambiental. Esta estrategia no estuvo exenta de desafíos significativos.
En México las mascarillas más utilizadas durante la COVID-19 como equipo de protección personal fueron las quirúrgicas desechables, las filtrantes N95 y KN95, también llamadas “respiradores”, además, destacó como uno de los países que sostuvo su comunicación pública constante sobre la evolución de la pandemia, ofreciendo conferencias de prensa ininterrumpidas por 15 meses que concluyeron el 10 de junio de 2021.
Pese a que en experiencias previas y en algunos estudios se comprobó la utilidad del uso de mascarillas, en México no se optó por establecerlo como obligatorio, quedó como parte de las recomendaciones, aunque en algunas entidades si se envió más enérgicamente el mensaje y el sector privado.
COMPLICACIONES
La docente señaló que la estrategia gubernamental no consideró las necesidades de grupos vulnerables, como las personas con discapacidad, los niños pequeños y las personas con problemas respiratorios, y no se proporcionaron alternativas adecuadas para estos grupos, lo que los puso en mayor riesgo de contagio.
Además, el desecho de estos cubrebocas se convirtió en un problema significativo en México, contribuyendo notablemente a la contaminación ambiental. Se estima que cada mexicano generó aproximadamente 2 kilogramos de basura al mes debido al uso de cubrebocas desechables, lo que sumó una gran cantidad de residuos plásticos al medio ambiente.
La efectividad de las medidas gubernamentales estuvo estrechamente ligada a la claridad y coherencia de la comunicación oficial, en varias ocasiones, los mensajes del gobierno fueron percibidos como contradictorios o confusos, lo que minó la confianza pública. La falta de una campaña de educación robusta sobre la correcta utilización de los cubrebocas también contribuyó a su uso inadecuado.